jueves, 31 de mayo de 2012






Decidí escoger una imagen de guerra, el culpable se llama James Natchwey. Una fotografía que me hace sentir varias cosas a la vez. Primero que nada me gustaría enfatizar mi desagrado por cualquier tipo de fotografía de guerra. Esta imagen particularmente, a pesar de ser sumamente perturbadora, no me molesta tanto como otras. La razón por la que no me gustan las fotos de este tipo es porque me pongo a pensar en cómo ellos simplemente van a retratar el sufrimiento de alguien más, y a partir de ello, se llevan gloria que no les corresponde. No digo que no tenga mérito alguno el hecho de ir a arriesgar su vida, lo que digo es que estas personas lo hacen de cierta forma por decisión propia, a diferencia de los soldados, quienes en ocasiones, se ven forzados a ir.

Regresando al tema, creo que la fotografía me interesa por tratarse de el cadáver, particularmente de un niño. Un cadáver porque por desgracia es una vida que ya se nos fue, y que a la hora de retratarla no hay nada que puedas hacer, a diferencia de cuando tomas algo de acción con gente viva, donde a pesar de que observas el peligro, no ayudas y en vez, inmortalizas un momento de extrema desesperación de un soldado. El tratarse de un niño para mi gusto, representa en cierta forma lo que me llama la atención de la foto. Los verdaderos perdedores de las guerras, los ciudadanos, más en concreto, los niños. Ellos, quienes han vivido muy poco, tienen que perecer para que alguien más tenga poder. Un adulto como sea, vivió más tiempo, es duro, pero es real. En cuanto a composición y manejo fotográfico no resalta en lo más mínimo, pero es por que la búsqueda del fotógrafo no era esa, al menos no de forma prioritaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario